VIOLENCIA DE GÉNERO

Una de las definiciones de violencia de género es que de Naciones Unidas en la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: "Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada".

La mujer ha sido -y es- la diana favorita a donde van a parar los dardos de una secular historia patriarcal. 

Está claro que cualquier persona puede pretender someter a otra, independientemente de si es hombre o mujer, niño o niña, y no podemos sustraernos al hecho de que el maltrato se produce en todos los ámbitos y sociedades de la historia. Pero también es cierto que la mujer ha sido -y es- la diana favorita a donde van a parar los dardos de una secular historia patriarcal. En las culturas más modernas, sobre todo las occidentales, se ha avanzado en el respeto por la figura de la mujer pero la igualdad real está aún lejos de alcanzarse y avanzamos contra corriente hacia ella. Las corrientes que frenan a la mujer en su avance están en el patriarcado, pero toman formas religiosas y políticas que pretenden justificar la opresión en el mantenimiento de la familia tradicional, es decir, en la prevalencia del valor masculino como poder real sobre el femenino, relegado a una función subalterna familiar y social.

Hasta hace unos años no había estadísticas. En la actualidad los datos institucionales muestran principalmente la violencia física y es alarmante, sin ir más lejos, el número de mujeres agredidas, lesionadas y muertas a manos de sus parejas hombres en nuestro país.

Así es que en las relaciones de pareja hombre-mujer, es ésta la que se lleva la peor parte y esto es, por desgracia, un hecho constatado con cifras y con muertes, esto último lo más difícil de esconder o camuflar tras las cortinas de humo de los sectores más contrarios a reconocer en la mujer un ser humano con las mismas capacidades y los mismos derechos que el hombre.