Hemos apreciado el paradigma patriarcal como el marco sociológico que permite la diferencia de poder entre géneros dando al varón la dominación y a la mujer la dependencia. Sin embargo, si la mujer no introyectase esos valores, si la mujer no los hiciera suyos, no podría reproducirse el paradigma que la cosifica, que la anula, que la hace dependiente.
La explicación de que se de esta circunstancia, está en el proceso de victimización que aprende desde que es pequeña. La mujer que aprende a ser victima suele nacer en un medio familiar en el que o bien es agredida o bien no es suficientemente valorada. Probablemente al pasar a la escuela, esta niña sufra también la agresión, el desprecio o la ignorancia de sus compañeros y no haya tenido la suficiente atención de sus profesores. Una chica en estas condiciones genera una personalidad que presenta inseguridad, ansiedad, alta prudencia, alta sensibilidad social, timidez, alta docilidad, baja autoestima y baja asertividad . Al termino de su escolaridad la chica conv ertida en mujer suele presentar una escolaridad corta o imcompleta, pocas capacidades laborales, relaciones sociales limitadas y también dificultades en el uso de su tiempo de ocio. Tenemos una mujer adolescente con una alta dependencia afectiva que va a provocar que reproduzca esquemas de comportamiento y valores que propugna la sociedad patriarcal analizada anteriormente.
Este proceso de victimización aprendida desde el punto de vista de su integración escolar comienza en la etapa infantil integrándose aunque con alguan dificultad con su gupo de compañeros, sin embargo, ya en la esducación primaria puede sufrir al principio el desprecio, luego el maltrato y finalmente la agresión estigmatizandola como "diferente", como que "le pasa algo" y no participando de los grupos mayoritarios de compañer@s. Finalmente, y en la educación secundaria aprende a que aunque ella no reciba agresiones directas, es ella misma la que se las ocasiona y, dado que en las relaciones sociales no ha aprendido a relacionarse con suficiente asertividad, se muestra dócil, tímida, obediente o sumisa.
Sin negar lo que llamás “diferencia de poder entre los géneros”, la descripción que hacés se aplica no solo a las mujeres.
ResponderEliminar(Es más: cuando la mirada sobre la víctima identifica a la mujer con la víctima y deja de lado a otras víctimas, también se ejerce una diferencia de poder, que resulta muy chocante).
http://nosoportoalagente.blogspot.com/2010/08/nos-pone-mal-tener-miedo-en-nuestro.html
Estoy de acuerdo.
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