Un goteo sangriento que no cesa. Ni las campañas de concienciación, ni la reforma del Código Penal, ni los insistentes mensajes de las instituciones para que las mujeres denuncien el maltrato y escapen al yugo de sus agresores han servido de mucho. Un día después de que un individuo descerrajara un tiro en la cabeza a su expareja en Badajoz antes de suicidarse, otra mujer moría ayer a manos de su compañero sentimental en Santa María de Palautordera (Barcelona). El verdugo, de 35 años y sin ninguna denuncia previa por malos tratos, asesinó a su pareja, de 43, en el domicilio que compartían y luego se entregó en comisaría. Al parecer, la ahogó. Con esta mujer asesinada, el número de víctimas mortales por la violencia de género asciende ya a 70 este año -un crimen cada cinco días-, frente a las 55 que se registraron en todo 2009.
Las cifras en violencia de género son duras, pero reveladoras. Casi el 80% de las víctimas no había presentado denuncia previa contra sus maltratadores, una situación que impide la puesta en marcha del sistema de protección previsto en la ley y que eleva el riesgo de sufrir agresiones graves. Así lo puso ayer de manifiesto el Delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, quien remarcó la necesidad de trasladar a las maltratadas el «mensaje rotundo de que hay que denunciar a los agresores» para favorecer su protección, ya que algunas de ellas «pueden acabar siendo asesinadas».
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